Armario de carga PHT 3530: seguridad y orden para 30 portátiles en el aula

La vuelta a las aulas suele poner a prueba la logística digital de cualquier colegio. Ordenar, cargar y custodiar decenas de portátiles y tablets sin perder tiempo ni elevar riesgos eléctricos es más difícil de lo que parece. El PHT 3530 nace justo para ese contexto: un armario de carga robusto que centraliza la recarga de hasta 30 equipos y añade control, seguridad y sencillez operativa para el día a día del docente y del personal TIC. Su propuesta combina seis regletas Schuko integradas, ventilación activa, cerradura de seguridad con apertura de 180º y protección eléctrica interna, de modo que cada dispositivo tiene su espacio y su toma asignada, y el centro gana en orden y tranquilidad.

Más allá de la cifra de equipos, el valor del PHT 3530 está en cómo convierte el caos de cables en un proceso predecible. El interior está pensado para que la conexión sea intuitiva y repetible por cualquier profesor: 30 tomas Schuko distribuidas en 6 regletas facilitan la asignación por grupo o por carro, mientras el sistema de gestión de cables reduce errores y tirones que deterioran conectores con el uso.

Al cierre, la cerradura y la apertura de puertas a 180º aportan fluidez durante el reparto y, a la vez, custodia segura fuera del horario lectivo. Este equilibrio entre agilidad y control es lo que marca la diferencia cuando la flota digital crece de curso en curso.

En términos de seguridad eléctrica y fiabilidad, el armario integra un interruptor principal iluminado y un disyuntor magnetotérmico interno que ayudan a prevenir sobrecargas por conexiones improvisadas o multiplicadores externos. Al estar la electrónica ya incluida en el carro, se eliminan “regletas sueltas” y configuraciones caseras que disparan incidencias. Además, un panel lateral con ventilación activa favorece la disipación del calor durante las sesiones intensivas de carga, cuidando los equipos y sus baterías cuando trabajan todos a la vez. Estas decisiones de diseño no son detalles accesorios: son el núcleo de un servicio estable y sin sobresaltos a lo largo del curso.

El despliegue también está resuelto con mirada práctica. El PHT 3530 llega listo para usar: no requiere instalación eléctrica especial y solo hay que montar las ruedas. Las ruedas de 5” con giro 360º —con doble freno en las traseras— permiten mover el armario entre aulas con control total, mientras que la entrega paletizada simplifica la recepción en el centro. Este enfoque “plug & play” es clave cuando el calendario aprieta y no hay margen para obras ni adaptaciones de la infraestructura.

Para planificar su ubicación conviene tener en mente las dimensiones del armario y el alcance del cable de red. El PHT 3530 mide 1110 × 700 × 640 mm (alto × ancho × fondo), pesa 100 kg en vacío y trae un cable de 2,2 m, por lo que lo ideal es ubicarlo cerca de una toma dedicada, en un espacio con paso libre y buena ventilación. Con esas medidas en mente, es sencillo prever rutas cómodas por pasillos, ascensores o rampas, y evitar giros forzados en los cambios de aula.

Cuando hablamos de operativa diaria, lo que perciben profesores y alumnado es que todo está donde debe estar, a la hora exacta. Un carro asignado a cada clase —o a un conjunto de aulas por franja— reduce drásticamente el tiempo de reparto y recogida al inicio y al final de cada sesión. La pauta es simple: los estudiantes dejan el equipo conectado en su toma identificada, se cierra el armario y, al final de la jornada, el responsable verifica el encendido del interruptor principal. La ventilación activa hace el resto para que al día siguiente todos los equipos amanezcan cargados y listos, sin sorpresas. En bibliotecas o LAB TIC, el armario funciona como punto central de préstamo y recarga entre turnos, con una única llave y un responsable. La cerradura de seguridad ayuda a mantener la trazabilidad y a disuadir accesos no autorizados en periodos sin vigilancia.

Este control se traduce en ROI operativo: menos minutos perdidos en cada clase, menos equipos fuera de servicio por conectores dañados, menos riesgos por sobrecargas y una experiencia predecible para todos. Además, al existir un único punto de carga por grupo, el personal TIC simplifica auditorías y mantenimiento: si un equipo no carga, es fácil localizarlo y comprobar su toma, su cargador o el propio puerto de alimentación, sin recorrer media planta buscando enchufes y regletas. De nuevo, es el diseño del PHT 3530 —6 regletas/30 tomas, protección integrada y ventilación activa— el que sistematiza el proceso y evita variaciones.

A la hora de dimensionar la inversión, muchas direcciones optan por un carro por aula 1:1 (30 equipos), y otros centros distribuyen uno por pasillo rotándolo por franjas. No hay una única receta, pero sí conviene acordar una política de llaves y un pequeño protocolo de fin de día: recolocar los cargadores en su guía, verificar el interruptor principal, y comprobar que la ventilación no esté bloqueada por papeles u objetos. Dado el peso del armario, evaluar el recorrido —especialmente si hay escaleras— evita sustos y planifica el uso del ascensor o de rampas si las hubiera. Las ruedas 360º y el doble freno aportan estabilidad mientras se trabaja con grupos grandes y en pasillos con tránsito.

En resumen, el PHT 3530 permite estandarizar la carga y custodia de portátiles y tablets en colegios, academias y centros educativos con una fórmula que minimiza las improvisaciones: capacidad para 30 equipos, seis regletas Schuko y gestión de cableado para evitar líos; cerraduras con apertura de 180º que facilitan el reparto; protección eléctrica con interruptor iluminado y magnetotérmico integrados; ventilación activa para sesiones de carga intensiva; ruedas de 5” con control total y puesta en marcha plug & play. Todo en un chasis con medidas y cable pensados para encajar en las aulas reales y no en el papel.

¿Preguntas rápidas antes de decidir? El PHT 3530 admite 30 dispositivos y no requiere instalación: llega listo para usar, con entrega paletizada y el único montaje de ruedas como paso previo. Si quieres validar el encaje físico, toma las medidas —1110 × 700 × 640 mm— y la longitud del cable (2,2 m) sobre el plano del aula o del laboratorio. Para el día a día, piensa en él como en un “punto único de carga y custodia” que reduce desorden, acorta rutinas y baja el número de incidencias eléctricas.

¿Te ayudamos a planificarlo en tu centro? Nuestro equipo técnico puede dimensionar unidades por aula o por pasillo, proponer la mejor ubicación y preparar un protocolo de uso adaptado a tu operativa. Consulta con nuestro equipo técnico para configurar tu solución personalizada: info@phasak.com · 980 53 94 99.